La cirugía plástica, un eficaz remedio milenario

Aunque en principio pueda parecer que el culto al cuerpo y el deseo de poder sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás sea algo nuevo, la realidad es que esa necesidad nos ha seguido siempre de cerca a través de los tiempos. En el fondo, quizá sea condición humana el procurar siempre agradar más a los demás en todos los sentidos para sentirnos mejores nosotros mismos. Por ello, el recurrir a remedios y técnicas que puedan solucionar ciertas deficiencias es algo que se pierde en la noche de los tiempos.

Si nos remontamos a dos mil años antes de Cristo, en Egipto y en la India ya se practicaba, aunque de manera un tanto rudimentaria, la cirugía plástica. Existen documentos que corroboran estas prácticas, como es el caso de la utilización de cañas para mantener las fosas nasales abiertas en la reconstrucción de una nariz egipcia. Contamos además con textos específicos sobre cirugía plástica que se remontan al año 600 aC y que están considerados como los primeros en la materia de la historia antigua.

En la cultura de la Roma Clásica siempre se solía valorar bastante la belleza del cuerpo humano por lo que se recurría a métodos de reconstrucción de muy diferente índole, como sería el caso de reducción mamaria, reconstrucción de labios, de nariz y de orejas, por ejemplo, además de las contínuas reconstrucciones y operaciones añadidas que debían hacerse a los cuerpos de los gladiadores.

Con la llegada de la Edad Media y más tarde del Renacimiento, todo lo relacionado con la cirugía plástica y estética se estancó durante mucho tiempo, fundamentalmente por razones religiosas, como demuestran los dictados del Papa Inocencio III. Hubo que esperar hasta principios del siglo XVII para que se volviera a experimentar con la cirugía reconstructiva. Gasparo Tagliacozzi, en Sicilia, realizó un gran avance en cirugía plástica al utilizar piel de la nariz para injertos. Como era de esperar, la iglesia de la época frenó y condenó rápidamente esa iniciativa. Ademas de eso, las técnicas de anestesia de la época eran bastante deficientes, lo que convertía en muy dolorosa cualquier intervención de ese tipo.

Fue en el año 1907 cuando ya encontramos los primeros textos centrados específicamente en el tema de la cirugía estética, aunque estos escritos no fueron aceptados por la comunidad médica del momento. Cuando se produce la Primera Guerra Mundial es cuando realmente se recurre y se acepta totalmente las reconstrucciones que hubo que realizar a muchos miles de soldados, debido a las heridas recibidas en la garganta, en el cuello y en los brazos. Esa causa fue la que realmente propició que la cirugía plástica se convirtiera en una práctica médica independiente y pasara a quedar como hoy la entendemos. Esta especialidad médica se amplió además, al comprender entre sus cometidos otros casos relacionados con el bienestar que proporciona la imagen física, con lo que denominamos en la actualidad cirugía estética. En el campo de esta última, las intervenciones que más han proliferado hasta el momento han sido el aumento de pecho y la liposucción.

Foto: flickr.com/photos/teresawer/2491701285/

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